No espero nada de nadie, esperar siempre duele.

La vida me tiene hasta los cojones, estoy completamente harta de que cuando estoy feliz alguien llegue para joder ese momento. Estoy cansada de intentar una & otra vez reconducir mi vida sin encontrar nada, estoy harta de no poder resolver mis dudas, a la duda existencial de qué se te pasa por la cabeza. Estoy cansada de que mi euforia se esfume como el humo de los cigarros, & de ser yo misma una espectadora de mi vida, estoy harta de intentar entender a los demás, de ver las cosas que ellos no ven, pero de ser incapaz de ver las mías propias. Estoy absolutamente agotada de luchar, & sé que la culpa es mía, sí, la culpa es mía por pensar que quizá las cosas fueran esta vez distinta, por ilusionarme, por decirle a los demás que sus presentimientos tenían algo de realidad. Estoy cansada de mi rumbo de vida, de pensar en ti, & de pensar que tú quizá también pienses en mí. Pero sobre todo estoy cansada de ser tan débil, tan cobarde como para no tener el valor de ir & preguntarte de qué palo juegas, & después decidir. Supongo que todo esto se debe a la impotencia que siento ante ese comentario que me han hecho, que aunque sé que en ninguno de los casos era con mala intención, ha conseguido arrebatarme la sonrisa, & ha traído de nuevo a la niña de ojos tristes. Pero, ¿sabéis qué es lo peor de esto? Que mañana te veré, & no me importa, es más, me agrada. Pero ¿qué hago? Sigo como siempre & me río con ganas de nuestras gracias estúpidas o dejo que gane el angelito que hay dentro de mí & me alejo de ti, a ver si así consigo saber al menos de qué va esto. Porque a veces tengo la sensación de que esa alegría además de tonta es ficticia.